Ayer asistí a la presentación de este libro de Octavio Salazar «Masculinidades y ciudadanía. Los hombres también tenemos género» y me gustó comprobar cómo, cada vez hay más hombres, aunque no todos lo que me gustaría y se necesitan, que apuestan por nuevos modelos de masculinidad, ya que los impuestos por el patriarcado, aunque con aparentes bastantes beneficios, no se ajustan a la dimensión humana que toda persona tenemos e impone sobre ellos una serie de expectativas que no hacen más que generarles presión y desconectarles de su parte más humana y vulnerable, esa que todo ser humano tenemos de manera intríseca, aunque se empeñen en desconectarsela a ellos y magnifircarla en nosotras.
¿Los hombres no lloran?, ¿son agresivos?, ¿chulos?, ¿arriesgados?, ¿fríos?, ¿reacios al contacto físico más allá de lo sexual?, ¿siempre seguros?, ¿valientes? ¡sabemos que no es así! y que se viertan todas estas expectativas sobre ellos no hace más que crear seres incompletos e infelices, donde el índice de suicidios es más alto y mueren más en accidentes de coche, entre otras muchas cosas y precisamente, por esta cultura del riesgo que se les hace asumir para mostrar y demostrar su hombría ante la sociedad y ante sus iguales.
¿No es decabellado todo esto? ¿se nace hombre o mujer o se nos hace hombre o mujer? yo apuesto por lo segundo, bueno, no apuesto, ¡estoy segura de ello!. Por eso, tanto hombres como mujeres, hemos de parirnos a nosotr@s mism@s, no nos valen los modelos impuestos, sabemos que son incompletos y que responden a un macabro sistema de poder establecido, el patriarcado.
Me parece necesario que se deconstruya el término masculinidad, así como el feminismo viene tiempo haciendo con el de feminidad, sólo así conseguirmos una igualdad real y efectiva y sólo así podremos hablar de una sociedad democrática, ¿pues acaso se puede ser demócratas si la mitad de la humanidad está oprimida e invidibilizada como en el caso de las mujeres? me temo que no, que es hora, cómo dice Miguel Lorente, de que «Los hombres que han tenido la voz a lo largo de la historia, ahora no pueden permanecer callados cuando se habla de igualdad, tienen mucho que decir sobre lo que han callado, y mucho que callar sobre lo que han vociferado” ¡qué así sea compañeros, la igualdad es un barco en el que vamos tod@s, una marea que nos eleva y con la que tod@s ganamos! No se trata de perder privilegios cómo a veces se cree, se trata de ganarlos, ¿no es acaso un privilegio poder disfrutar de la paternidad? ¿tener tiempo para estar y disfrutar de l@s hij@s? ¿saber cuidar? ¿ganar en afectividad?
Os comparto una reflexión… ¿os habéis fijado en el cambio que dan muchos hombres cuando son padres a cuando son abuelos? ¿observáis cómo ganan en afectos y cuidados haciendo con y por sus niet@s todo aquello que cómo hij@s nos negaron? ¿A qué creéis que corresponde? ¿No será, quizás, que ya no se les exije, -ni se exijen ellos mismo-, demostrar la hombría pues ya lo han hecho a lo largo de su vida y ya sí que se permiten mostrar esa parte que todas las personas tenemos, que tanto se les ha negado, y que tan vital es en el desarrollo del ser humano? ¡qué el patriarcado no os confunda, amigos, que nos os aboque a se ser quiénes no sois, sentir y expresar vuestro sentir, AHORA y siempre!
¡Queda mucho camino por andar, pero seguiremos haciendo camino al amar y conseguiremos llegar a la meta de la igualdad en donde todas y todos, sin duda alguna, ganaremos mucho. Es algo de justicia y, sólo así, conseguiremos enmendar este sinsentido en el que nos vemos inmers@s!
Para finalizar os dejo una imágen para aclarar términos, que aunque debiera sobrar, no es así. Y sí, SOY FEMINISTA ¿¿acaso tú no??