Familia, tras un tiempo de necesario retiro en India, vuelvo con la energía renovada y el alma ensanchada. De dicho viaje os podría contar infinidad de cosas que poco a poco iré compartiendo, en cuánto mi alma regrese, ya que el cuerpo volvió en avión pero el alma lo hace caminamando.
Hoy os presento a Sancar, un pequeño gran sabio que Benares me/nos ha regalado en el vidaje y que ha dejado imborrables y preciosas huellas en mi ser.
Estaba sentada ojeando la guía de India y su curiosidad le trajo a mi lado. Nos pusimos a ojearla juntxs y, mientras la veíamos, se acercó un vendedor de Chai, Sancar metió la mano en su bolsillo, agarró unas monedas y… ¡me invitó a un té! Él a mi, que vive en la calle y no tiene madre ni padre… pffffff…. al ratito se levantó y me trajo una bolsa de patatas y una botella de agua con tal sonrisa y luz en su mirada que hasta el mismísimo Sol ensombreció ¡lo vuelvo a recordar y me vuelvo a emocionar!
Después nos fuimos a comer juntxs y, al terminar, el del restaurante «no tenía» 5rupias para devolvernos el cambio completo, Sancar entendió que faltaba dinero y, con su enorme sonrisa, sacó todas sus monedas y las puso sobre el mostrador… ¡Zas, de nuevo otra lección!
Seguimos paseando, agarrado fuerte a mi mano, y nos encontramos a un grupo de estudiantes pidiendo para un transplante de un compañero, Sancar, sin dudarlo un segundo, agarró todas sus monedas y las echó en la caja… Sigo emocionada y sin palabras… ¡cuánta consciencia la suya!
Qué grandes lecciones me/nos ha dado… él si que sabe el verdadero valor y el uso del dinero… el sentido de la vida… el estar aquí y ahora en la máxima presencia, ¡y compartiendo! (le dimos un caramelo y lo partió en 3, el último trozo fue para él).
Y en ese compartir qué es el vivir, seguimos existiendo juntxs, tomamos un Lassi, fuimos al parque,… ¿y sabéis lo único que me/nos pidió? ¡Cometas, tatto de agua y pegatinas! Me cuesta recordarlo sin que la emoción me envuelva el alma…
Ya podéis imaginarme cada vez que quién nos veía juntxs me decía que me lo llevase a mi país… uffff… ¡Ojalá fuese tan fácil hacerlo como decirlo, que volvía conmigo sin dudarlo un segundo! Y bueno, no puede acompañarme su cuerpo a casa pero su sabiduría y lecciones de vida ya conforman la mía, me han atravesado y ahí os las comparto por si os resuenan. ¡GRACIAS Sancar y Ganga!