Risoterapia o «Geloterapia» e Interculturalidad
Gelos en griego es risa. Hay diferentes corrientes filosóficas que conocen desde hace siglos la importancia de la risa y el sentido del humor y lo promueven de manera práctica.
La risoterapia no es una técnica nueva, pues ya la Biblia menciona: «Cuando el corazón está alegre, la vida es más larga, pues un corazón lleno de alegría cura como una medicina, por el contrario, un espíritu triste lo desechan hasta los huesos».
La tradición Oriental considera a la risa como un bien de carácter espiritual, no sólo físico, y dice que la risa profunda, la del diafragma, es la de Buda.
Algunos libros Hindúes hablan incluso de meditación con risa porque el hecho de reír es una técnica de meditación en sí mismo, y es un medio para conocerse interiormente que ayuda a estar más consciente del mundo. Los sabios de Oriente, dicen que la risa es la forma más rápida de eliminar el ego, aprender a reírse de uno mismo nos da el sentido del humor idóneo para vivir esta vida, que es un juego, pero un juego muy serio. Para ellos la vida es una «Broma Cósmica», que sólo se puede vencer con el sentido del humor.
Cuento Zen, El Mundo de la Risa
«El maestro estaba de un talante comunicativo, y por eso sus discípulos trataron de que les hiciera saber las fases por las que había pasado en su búsqueda de la divinidad. Primero, les dijo, Dios me condujo de la mano al País de la Acción, donde permanecí una serie de años. Luego volvió y me condujo al País de la Aflicción, y allí viví hasta que mi corazón quedó purificado de toda afección desordenada. Entonces fue cuando me vi en el País del Amor, cuyas ardientes llamas consumieron cuanto quedaba en mi de egoísmo.
Tras de lo cual, accedí al País del Silencio, donde se desvelaron ante mis asombrados ojos los misterios de la vida y de la muerte.
Tras de lo cual, accedí al País del Silencio, donde se desvelaron ante mis asombrados ojos los misterios de la vida y de la muerte.
– ¿Y fue ésta la fase final de tu búsqueda? le preguntaron.
– No respondió, el Maestro,… Un día dijo Dios: Hoy voy a llevarte al santuario más escondido del Templo, al corazón del propio Dios…
Y fui conducido al País de la Risa.»
Autor desconocido. Relato publicado en la recopilación de Historias Zen, de Taisen Deshilar
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